En esta ocasión nos hemos enfrentado al PDM Artà (en principio, el tercer equipo de Artà) y hemos vencido con un 3-1 (16-25/ 25-19/ 25-16/ 25-17).
El resultado demuestra que, en el primer juego, no hemos estado a nuestro nivel: nos cuesta empezar a jugar por la mañana (a pesar de estar convocadas a las 9 h. para jugar a las 10 h.); posiblemente hemos infravalorado al rival (solo siete jugadoras y de poca altura) y, como ya hemos indicado en crónicas anteriores, al no poder vernos durante la semana, debemos aprender táctica y corregir errores de posición durante el partido.
El PDM Artà es un equipo que no bloquea, pero que defienden y recepcionan con mucha movilidad y buena técnica. Como nuestras jugadoras no estaban suficientemente motivadas en ataque, nos defendían con mucha facilidad; y, aunque ellas no atacaban con contundencia, sí lo hacían con inteligencia, aprovechándose de nuestra poca movilidad en recepción y defensa y de los conflictos entre dos jugadoras por no tener clara la posición y función táctica de cada jugadora con respecto al grupo. Se trata de un equipo que falla poco y se aprovecha de los fallos del rival, que hoy han sido abundantes en todas las facetas del juego.
Lo único positivo ha sido la victoria ante un rival incómodo.
