Hemos jugado el último partido de liga, en San José, contra el C.V. Algaida. El resultado 3-0 (25-18 / 25 -14 / 28-26). ¿Cómo se explica el tanteo del último juego? Evidentemente, por los experimentos del entrenador para animar este tipo de partidos donde nuestras jugadoras saben que es muy probable que, aunque jueguen mal, acabarán ganando el partido. Olvidan que los que estamos fuera del campo (entrenadores, familia, amigos) merecemos una atención y esperamos que nos ofrezcan algo de espectáculo. Bien, pues a falta de espectáculo, damos emoción. En el primer juego entran en pista las habituales titulares con un mensaje: disputar cada punto, con concentración e intensidad. Con qué intensidad hemos comenzado que hemos tenido que pedir un tiempo muerto con 3-8, con 8 fallos clamorosos nuestros de saque, ataque y recepción, ante un equipo que se limitaba a sacar. A partir de ese momento el parcial ha sido 22-10. En el segundo juego han quedado en el banquillo las jugadoras más veteranas y lo han disputado las infantiles y cadetes de primer año: se ha ganado sin problemas, sencillamente porque estaban un poco más motivadas. En el tercer juego hemos dado entrada a las cadetes, dejando en el banquillo a las infantiles y, un desastre: entre que algunas no acaban de sentirse cómodas en la pista y bajan su rendimiento, y las que tienen más nivel y experiencia no dan la talla, hemos hecho un juego penoso; por momentos, las de Algaida que han visto la victoria a su alcance, han mejorado sensiblemente su juego y esto nos ha llevado al tanteo que refleja el marcador, dejándonos un mal sabor de boca y dudas ante la Final de Mallorca que jugaremos dentro de quince días en Artá.