| Silvia atacando |
Afrontábamos el partido con la ausencia del entrenador (M. Molina) y sin banquillo (a causa de la coincidencia horaria con los partidos cadetes). A pesar de todo, la victoria de la semana pasada y los buenos entrenamientos previos al partido hacían presagiar un resultado positivo ante el C.V. Manacor.
Ganas e ilusión no faltaron pero hay días en que las cosas no salen y eso es lo que ocurrió el pasado sábado en el Pabellón de Na Capellera.
Nos costó mucho entrar en el partido y el rival se distanció con facilidad en el marcador. A pesar de eso, conseguimos remontar aunque el set acabó de lado del equipo local gracias a dos fintas prácticamente consecutivas de su colocadora.
El 2º set, sin florituras, cayó de nuestro lado.
Del tercer set mejor no hablar: el rival ganó con una claridad aplastante.
El 4º fue el set decisivo: controlábamos a la perfección la situación y sin saber por qué fallamos cinco ataques consecutivos con buenas recepciones y colocaciones. Eso provocó la remontada del rival, levantando su moral y creando muchas dudas en nuestras posibilidades. Con el 23-22 en contra, un claro error del colegiado nos perjudicó poniendo al rival a un solo punto de llevarse el partido que finalmente acabó 25-23.
La clave del partido fue la escasa contundencia de ataque de nuestro equipo y la gran regularidad del rival. Dar la culpa de la derrota exclusivamente al árbitro es ridículo e incluso irracional (nuestra colocadora Ana estuvo durante 6 puntos consecutivos en falta de posición y el árbitro no lo sancionó, al igual que pudo haber mostrado alguna tarjeta amarilla).
A pesar de la derrota debemos estar orgullosos de la actitud de nuestras jugadoras ya que todas ellas demostraron ilusión pero, sencillamente, el rival estuvo más acertado y por eso ganó el partido: Enhorabuena Manacor.